Hoy vivo en el momento cero,
en el sutil aroma de su pelo.
En el silencio del subsuelo
o en la divinidad del cielo.
En el albedrío de la brisa
o en la vehemencia del trueno,
en la infinidad del mar
o en la longevidad del Duero.
Vivo en el momento cero.
Alojado en la maleta
de un sueño pasajero.
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