Técnicas de manipulación

Siento que estoy rodeado de un concepto de "amistad" o "relaciones sociales" (en general, no solo en su connotación amorosa) totalmente desvirtuado. Veo que lo único que importa a la gente a la hora de relacionarse no es tanto lo que le puede aportar espiritualmente la otra persona sino más bien si le conviene o no relacionarse con esa persona. Esto es, si yo obtengo algún beneficio de llevarme bien con alguien, seguiré hacia adelante, sino ni lo intentaré. Esto es lo que, en una práctica silenciosa pero no invisible, impregna nuestra sociedad hoy día. Muchos utilizan a la gente en base a sus intereses en un momento determinado. Así, la vida en sociedad no es para algunos más que una estrategia en la cual utilizan a las personas como herramientas a su antojo, que luego desechan cuando han dejado de serles útiles. Intentaré ponerme en el lugar de los que piensan y actúan de esta manera, describiendo algunos casos que puedan servir al lector para hacerse una idea de lo que estoy hablando. Sirvan como ejemplo las siguientes situaciones:

En un contexto en el cual alguien no puede disponer de las personas con las que se relaciona habitualmente, tratará de buscar otras nuevas. Pero esto solo durará hasta que los otros vuelvan. Cuando regresen, ya no le servirán estas nuevas "amistades", porque ya las habrá utilizado para paliar el aburrimiento que padecía. Tampoco le causará ningún remordimiento lo que ellos piensen ni cómo sus acciones hayan repercutido en ellos porque, al fin y al cabo lo único que le importa es su propio ego, porque no sabe estar solo o porque solo estaba fingiendo llevarse bien con ellos por necesidad. Puede ocurrir y de hecho pasa muy a menudo, que este tipo de personas vuelvan otra vez al mismo lugar y que incluso finjan haber cambiado para ganarse de nuevo nuestro afecto.

No obstante, este tipo de personas no solo actúan así cuando alguien les ha fallado o por mero aburrimiento, sino cuando les hace falta alguien para una situación o actividad concreta, ya sea porque sin ti no podrían llevarla a cabo, porque se requiera un número concreto personas para realizarla o porque necesiten algo que solo tú les puedes dar: tu habilidad. Es probable que más de una vez te hayan requerido por tu habilidad en algo y que finalmente te dieses cuenta de que lo que les interesa de ti no es tu personalidad, sino el favor derivado de tu habilidad. Y que además, cuando recurren a ti, siempre lo hacen camuflando este motivo con elogios a tu personalidad. Esto es muy frecuente y a la vez bastante frustrante.

Otro caso que es muy común y que además os habrá sucedido con casi total seguridad es el siguiente:

Una persona que a priori nunca imaginarías que se fijase en ti ni siquiera para tomar un café, por la diferencia de gustos o de forma de pensar,... De repente empieza a intentar acercarse a ti. Normalmente, el motivo que subyace tras su comportamiento no es que mágicamente hayan descubierto una faceta nuestra que les guste, sino que quieren acercarse a una persona con la que nosotros tenemos una relación más cercana. Es decir, nos utilizan como puente para llegar a alguien. Estas personas se preocupan mucho por quedar bien ante nosotros en su primera impresión, pero en cuanto consiguen su objetivo (llegar a la otra persona) suelen darnos de lado rápidamente. Es por eso que debemos ser cautos y no crearnos falsas expectativas de amistad u otra cosa mayor. Debemos detectar su intención en cuanto sea posible. Podemos detectarla fácilmente si las conversaciones se centran en su mayoría en terceros más que en nosotros.

Una variante de este caso puede ser que la persona que se acerque a ti realmente tenga cosas en común contigo. En ese caso es más complicado averiguar si realmente su intención es la citada anteriormente. Pero se suele notar el cambio de actitud hacia nosotros una vez ha conseguido su objetivo.

El próximo ejemplo es un caso muy concreto y trata de aquellas situaciones en que lo único que quieren de nosotros es mostrarnos de cara al público, tal y como se muestra un trofeo cuando se ha salido victorioso de un torneo. Por lo general, se acercarán a nosotros para pedirnos que les acompañemos a cualquier lado o presumirán de nosotros en público, pero en el ámbito privado notaremos como su interés baja radicalmente hasta rozar la completa irrelevancia. Este tipo de personas suele cuidar mucho su comportamiento, les encanta que la gente tenga una imagen positiva permanente de ellos y la opinión del resto es una de las cosas que más les importa. Además, siempre tratarán de rodearse de personas que no tengan ninguna percepción negativa o que no lleven rumores malos tras de sí.

El último ejemplo tiene un especial valor por ser uno de los más recurrentes. Hablo de los casos de personas que quieren modificarte a su manera, que seas como ellos quieren que seas. Es sin duda uno de los peores tipos que he enumerado aquí y, ¿qué podría decir? Principalmente se caracterizan por su nula empatía, por un egocentrismo desmedido o por su fortísimo carácter. Su forma de actuar puede ser sutil (poner pegas por tu forma de vestir o por la música que escuchas) o más fuerte. Es común en esta forma de comportarse que solo te presten atención si tienes la misma forma de pensar, el mismo humor, temas de conversación y gustos que ellos. Si no es así, rara vez harán el esfuerzo de acercarse a nuestros gustos.

En fin, podría hablar de muchos más casos como las personas que siguen a nuestro lado por inercia, aquellos que cambian su actitud dependiendo de con quién salgan, las que solo buscan acapararnos,... Pero mi ánimo no es realizar un ensayo, sino destacar las conductas que más me han llamado la atención e indagar más en nosotros mismos y los que nos rodean, que buena falta hace en esta situación en la que nos encontramos.

Por último, cabe advertir que mi intención no es describir a personas como si fuesen personajes planos ni tampoco lanzar infantiles indirectas a nadie. Cada persona es un mundo. Lo que hoy he traído no son más que esquemas de actuación que muchas personas desgraciadamente utilizan y que conviene saber para no caer en sus redes. Se trata de un artículo más bien didáctico. Por supuesto que alguien podrá combinar varias de estas acciones o ninguna. Y ni que decir tiene que esto no significa que todos seamos iguales o que siempre que ocurra una situación de las citadas todo sea tal y como se relata. La diversidad de comportamientos es tan amplia como la diversidad de seres humanos.

                                                                                                                                  - Chakal

Si a alguien le interesa, puedo desarrollar más esta sección. Desde luego que ideas no me faltan. Además tengo planeado escribir otro artículo de esta índole, esta vez hablando de aspectos más positivos de las relaciones, de cómo deberían ser.

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